Los comienzos de Bublegum en el graffiti

Bublegum comenzó a pintar murales en 2004 en su ciudad natal, Lugo. El graffiti se convirtió en su pasión incontenible, y sus habilidades para transformar las paredes de la urbe no tardaron en llamar la atención. Con el tiempo, Bublegum decidió mudarse a Barcelona, ​​una ciudad vibrante y llena de vida que se convirtió en el lienzo perfecto para desarrollar aún más su estilo distintivo. Fue en esta ciudad donde comenzó a profesionalizarse, colaborar con otros artistas y expandir su horizonte creativo participando en festivales internacionales.

PRIMERO AÑOS PINTANDO EN LUGO

Qué le motivó a empezar a pintar

Desde pequeño Bublegum ya mostraba su pasión por el arte a través de sus dibujos en papel. Sin embargo, había algo en el graffiti que ejercía sobre él un magnetismo irresistible. Los tags, las piezas y todo lo relacionado con esta forma de expresión callejera despertaban en él curiosidad. La posibilidad de encontrar arte en las calles, sin necesidad de acudir a un museo, se convirtió en algo verdaderamente positivo para Bublegum. Fue así como junto con sus amigos un día comenzó a plasmar su creatividad en las paredes de su ciudad natal Lugo.

Primer contacto con el arte del graffiti

Los inicios de Bublegum en el mundo del graffiti fueron una exploración constante de diferentes temáticas y técnicas. Desde sus primeros trazos, experimentaba con una variedad de elementos: desde kekos y animales hasta letras. Bocetear fue clave para ir mejorando, en ese momento, Bublegum no usaba referencias por lo que sus ideas eran muy creativas donde fusionaba todos los elementos que le gustaban.

También comenzó el proceso de encontrar su identidad al principio, adoptó el alias "Judas" para firmar sus primeras intervenciones en el mundo del graffiti. Sin embargo, pronto decidió cambiarlo a "Motes", buscando un nombre que se ajustara más a su estilo y personalidad. Con "Motes", exploró nuevas técnicas y experimentó con distintas formas de expresión en las calles. Sin embargo, fue en el año 2009 cuando finalmente encontró el nombre artístico que lo acompañaría hasta el día de hoy: “Bublegum".

En aquella época la posibilidad de ver otras piezas de graffiti era limitada para muchos artistas, ya que internet no estaba muy desarrollado. Te inspirabas por otros escritores que había en tu ciudad, en parte era positivo porque cada uno tenía un estilo bastante definido. Concepto Circo, la crew potente de la ciudad, organizó un festival llamado Style Fighters donde vinieron grafieros de otras partes del mundo como Logan, Revok, Belin, Aryz, Can2, Does, Nash… Para Bublegum, esta experiencia fue reveladora, ya que tuvo la oportunidad de contemplar un amplio abanico de calidad artística que hasta entonces le había sido ajeno. La admiración por las obras expuestas despertó en él un interés aún mayor por pintar y evolucionar en su propio estilo.

Bublegum + Sfhir | Style Fighters Festival

No fue hasta un poco más tarde que comenzó a realizar sus primeros retratos, desde joven había sentido una atracción innata por capturar la belleza y delicadeza de las mujeres en sus obras. Él tenía claro que no quería tener un trabajo convencional aunque en ese tiempo los murales no estaban de moda y vivir del arte era inimaginable él se dedicó a desarrollar su estilo personal y a conseguir encargos esporádicos sin esperar mucho más. Durante tres años, el graffiti le sirvió muy justamente como forma de vida , hasta que en 2014 tomó la decisión de mudarse a Barcelona en busca de una alternativa económica: el arte del tatuaje.

MUDANZA A BARCELONA

Primeros años

Bubelgum tomó la decisión de mudarse a Barcelona con el propósito de especializarse en tatuaje, un campo artístico que despertaba su curiosidad y ofrecía una alternativa económica. Con dedicación y talento innatos, no pasó mucho tiempo antes de que destacara en esta disciplina y comenzara a tatuar. Sin embargo, nunca se adentró por completo en este mundo ya que su pasión por el graffiti seguía siendo su máxima prioridad. El graffiti continuaba siendo el lenguaje con el que más se identificaba y el medio a través del cual expresaba su creatividad y transmitía su mensaje al mundo.

Barcelona es una ciudad con un encanto especial, y un referente en el arte urbano al ser las puertas de España a Europa constantemente la visitan escritores de todas las partes del mundo por lo que hacer colaboraciones con otros artistas es mucho más sencillo. La escena del graffiti es amplísima y está muy viva, eso se puede ver por toda la ciudad cada día hay piezas nuevas. A nivel de bombing parece imparable.

El primer año Bublegum compaginó sus inicios en el mundo del tatuaje con pintar constantemente en las calles. A diferencia de Lugo, en Barcelona era muy fácil pintar en paredes del centro y también coincidir con otros artistas. Pintar en un entorno donde la gente podía verlo y apreciarlo de forma directa añadía un componente especial a su experiencia artística.

En ese entorno propicio y con numerosas oportunidades, Bublegum se sumergió en un flujo creativo constante, permitiéndole desarrollar aún más su estilo artístico. Fue en Barcelona donde se enfocó en perfeccionar su técnica en el realismo y experimentar con letras tridimensionales, enriqueciendo su arte con influencias provenientes de otras disciplinas. Esta ciudad vibrante y llena de energía le brindó el espacio y la libertad necesarios para explorar nuevas formas de expresión, fusionando su pasión por el graffiti con su habilidad para capturar la realidad de manera asombrosa. Bublegum logró evolucionar su estilo artístico y crear obras que reflejaban su identidad única y su constante búsqueda de superación.

Esta amplia gama de influencias ha moldeado su enfoque creativo y ha enriquecido su estética de manera inigualable. Pronto comenzó a participar en eventos locales e internacionales.

ACTUALIDAD

En la actualidad, Bublegum sigue residiendo en Barcelona. Lo que comenzó como una pasión se ha convertido en su medio de vida donde constantemente emprende nuevos proyectos creativos. Ha desarrollado un estilo único en donde fusiona el realismo con letras 3D y elementos del graffiti, creando composiciones dinámicas y dotadas de un toque especial. Su habilidades lo ha llevado a pintar murales en ciudades emblemáticas alrededor del mundo. Aunque su trabajo ha sido reconocido y apreciado en numerosos lugares, su sed de superación nunca se apaga. Siempre en búsqueda de la excelencia, Bublegum continúa evolucionando y perfeccionando su técnica, comprometido en seguir mejorando y sorprendiendo con cada nueva creación que deja en las paredes de las ciudades que visita.